jueves, 24 de septiembre de 2009

Horizonte.

Ella miraba por el enorme ventanal de su séptimo piso en Londres.
Tenía 30 años, pero seguía vistiendo como si tubiera 15.
Sus pantalones de nylon intentaban imitar el cuero de los años 80 y se ajustaban a sus piernas con gracia. Los miró.
Recordó cuándo fue la última vez que se compró unos de esos.
Vuelve a mirar por la ventana, llueve.
Su vista se fijó en el horizonte, encendió un cigarrillo y sin moverse del sitio llenó su copa de champagne.
"Por el pasado" -brindó a solas- .
Ella, que era lo más rock 'n' roll de su ciudad, la estrella fuera donde fuera, la que todos miraban sin saber exactamente por qué se había vuelto apática a su propio pasado. Quizá porque todos los hombres que la rodeaban eran unos patanes cuando era lo que era, y ella quería un romántico, un romántico como los del romanticismo... De esos que nunca se encontraría en un pub, de esos que escapan de la realidad cada uno, a su manera. Quería un loco, un chico triste y con la mirada vacía.
Ella, a la que todos querían poseer, pero que nadie podía en realidad.
Marchó a Londres para alejarse de su mundo, y ahora estaba sola.
Desde su ventana recordó todo aquello y pensó si no hubiese sido mejor quedarse allí, tenía todo lo que una chica puede desear: sangre, sexo y rock 'n' roll.
Entonces siguió recordando. Pensó en aquel chico. Aquél que no era su ideal, pero conseguía llenarla. Había sido su único amor en 30 años, y de eso hacía ya 15. Pensó en las veces en las que había llorado por él, incluso hasta hacía poco. Imaginó dónde podía estar ahora, y lo vió con otra chica, seguramente de ojos azules, nariz grande y un poco gruesa para los cánones de belleza actuales. Su sangre hirvió durante unos segundos, luego su conciencia le repitió, una vez más, que él ya no estaba allí.
Lo que ella no sabía es, que en ese mismo momento, alguien también miraba al horizonte. Lo que no imaginaba es, que el gran amor de su vida seguía pensando en ella y en sus peculiaridades. Lo que nunca llegaría a saber, es que él la echó de menos todos y cada uno de los días del resto de su vida.





Inspirada en "Lady Madrid" (Pereza)

martes, 15 de septiembre de 2009

Llora mi alma, lloran mis ojos y se emborrona el tiempo entre mis pensamientos.
Leo las palabras en mi mente y quiero pensar que me has mentido y que nunca lo harás.
Pero me doy cuenta de que no puedo mentirme a mí misma...
Tú también lo has visto. Se ha caido. Tú también lo sientes. Se rompe. Tú lo harás. Se acabará.
¿Dónde están tus promesas ahora? ¿Dónde se han quedado? ¿Por qué quieres romperlas?
¿Dónde estabas anoche? Anoche cuando se partió mi mundo por la mitad y yo andaba navegando entre la rabia, el temor y la pena, ¿dónde estabas?
¿Por qué no lo paraste?
¿Por qué no me has llamado esta mañana cuando solamente levantarme mi corazón se ha encogido y mis ojos han llorado sangre? ¿Por qué quieres irte?
Yo también lo sé. Toda nuestra historia está muriendo, pero yo no quiero tirarla a la basura ni enterrarla. Quiero buscar hechizos, fórmulas, recetas.. lo que sea, y hacer que renazca.
¿Por qué simplemente me dejas sufrir?
Tú crees que voy a estar mejor sin ti, pero no te das cuenta... eres la razón por la que vivo.
Eres el aire que respiro, la luz que me guía, eres mi corazón...
Y ahora siento que mi corazón no sabe si quiere estar conmigo... y duele hasta hacer que me pudra por dentro más de lo que nunca lo he estado.
Necesito despertar. Esto tiene que ser una pesadilla. Una mentira, una farsa, una broma. Un juego. Tiene que serlo. No puedes ser tan duro. Tú no lo harías... No...
Ya estoy desvariando, soñando otra vez, intentando sonreír en lugar de llorar. Pero es sólo desesperación. Porque me ahogo y tú no haces nada. No tienes tiempo para mí, ahora no.
No quiero que te conviertas en recuerdos. Ahora miro esta cama y... no lo entiendo. Recuerdo tus sonrisas, todos los buenos momentos, las mil veces que he intentado hacerte feliz, recuerdo los paseos, el primer beso y aquel cascabel suena en mis oidos tan fuerte.. pero todo se va diluyendo y me convenzco cada vez más de que si me dejas yo me muero...

lunes, 14 de septiembre de 2009

Sangra...


No sé por qué, pero me haces falta...
Pero se supone que te tengo ¿no? Estás conmigo... pero a veces siento que estás sin estar, que no te tocan mis manos, que eres sólo una ilusón desvaneciéndose. No entiendo, y quiero entender. Soy como una niña pequeña que mira al mundo con sus ojitos y no comprende qué está pasando, o de qué hablan los demás, o porque gritan las personas que más quiere...
No es una sensación de vacío, no sé qué es. ¿Duda? No, yo lo sé, te quiero. Quizá sea miedo. Miedo a que se derrumbe todo esto que hemos construido juntos, miedo a que todo lo que has hecho últimamente sea porque no me quieres ya. Tal vez te has cansado y has actuado como debías actuar. Pero tú me lo dirías... pero sólo dices "lo siento" pero no sé si lo sientes. Quiero pensar que sí pero si lo haces una y otra vez no es lógico. Y ahora llueve más fuerte. Es como si los ángeles estubiesen llorando por mí... ójala tuviese un ángel, de esos que cuidan de ti y saben cómo ayudarte. Tú lo eras para mí, pero ya no sabes cómo ayudarme ¿verdad? . Y todo esto es tan confuso y duele tanto... y lo peor es que no estás aquí, no puedes abrazarme y hacer que llore de felicidad.
Siento mi corazón partiéndose a pedazos muy pequeños y sangra... está sangrando y nisiquiera entiendo por qué.

sábado, 12 de septiembre de 2009

Te odio.

Te odio porque me pones nerviosa. Porque me tiemblan las piernas si pienso que estoy a punto de divisarte por detrás de la puerta de cristal, o a lo lejos en la cera. Te odio porque dices tonterías cuando me apetece llorar y me haces reír. Te odio por cada momento de esos que nunca se olvidan. Te odio porque sabes recorrer mi cuerpo como nadie nunca había hecho y nadie nunca hará. Te odio cuando me dices que me quieres porque, aunque a veces no me lo crea, me sigue emocionando. Te odio cuando insistes, cuando acaricias, cuando me seduces y me llevas a cometer lo prohibido. Te odio cuando me miras con tus brillantes ojos verdes y haces vibrar a las células de mi cuerpo. Te odio cuando sonríes, porque sabes que sería capaz de arrancar la luna del cielo y ponerla bajo tus pies. Te odio cuando me cojes de la mano sin pensarlo y me haces pensar a mí que todo es tan natural que es imposible que se acabe. Te odio cuando me abrazas porque moriría porque lo prolongaras un segundo más. Te odio cuando me besas el cuello y me llenas de escalofríos. Te odio hasta tal punto... que te amaría hasta el infinito.

miércoles, 9 de septiembre de 2009

Confussion.

Echo de menos que me ayudes. Echo de menos que me repitas mil y una veces las cosas para que me queden claras y no me sienta tan mal. Echo de menos tus disculpas cuando sabes que merezco que me las des. Echo de menos aquel chico de ojos verdes que me decía que era el mundo para él... y que eso no iba a cambiar nunca. Echo de menos que hagas que me sienta especial, que me cojas de la mano y me entren escalofríos. Echo de menos aquellos besos que intentaban cerrar heridas. Echo de menos los abrazos que me dabas si algo me dañaba. Echo de menos aquél tiempo cuando no me gritabas, cuando no me juzgabas y cuando te preocupabas por mí.
Echo de menos el chico del que creía que me había enamorado... alguien con valores y respeto hacia los demás...
Ahora no sé quién eres.

Pero sobretodo, echo de menos sentir que soy alguien para ti.

domingo, 6 de septiembre de 2009

Vacía.


Debería sentir algo.
Debería dolerme que ya ni hablemos, debería llorar cuando oigo tus reproches en mi mente, debería querer morirme porque esto se está rompiendo...
Pero ahora no siento nada. Nada en absoluto.
Es como si me hubiesen arrancado una parte de mí con anestesia y me hubiese quedado vacía.
No entiendo qué pasa. Te amo. Te amo como nunca he amado a nada. ¿Por qué no lo siento? ¿Qué ocurre? Nada se mueve.

No sé en qué punto me he quedado, pero no siento nada. No puedo desahogarme. Sólo quiero que pase. Que el tiempo transcurra y esto se vaya. Que algo me llene. Que pueda sentir. Que vuelvas, que vuelva todo a como estaba antes. Al principio, a la ilusión, al desasosiego por vivir por ti.
Todo me da vueltas, es tan frustante...
No entender mi propia vida ni las cosas que me ocurren.
No saber por qué estamos así y porque las cosas son como son.
No sé qué hacer ni qué pensar. No sé dónde estoy.
¿He muerto otra vez?
Quizá sea eso. He vuelto a morir y quizá tú no puedas volver a devolverme a la vida...
Sácame de aquí..

Grita mi nombre y sácame de la oscuridad.