domingo, 31 de enero de 2010

Sólo respira.

Permite que la lluvia roce tus párpados, que la luz del sol penetre en tus pupilas.
Escucha el rugir de las hojas en otoño.
Deja que la gente te mire, deja que te aprecien.
Besa a otra chica, siente su calor.
Porque en cada una de las cosas que percibas cuando yo no esté aquí, podré materializarme.
Sólo tienes que dejar que lo haga.
Las hojas rugiendo serán mis lamentos, y la lluvia mis lágrimas, pero el sol, el sol será mis sonrisas: Todas y cada una de las sonrisas que me has sacado.
Abraza a un suspiro y me estarás abrazando. Seré yo quién suspira pese a que lo oigas en los labios de otra persona. Seré yo que suspiro por ti, por todo eso que ya no podré decirte, por todo eso que no podré volver a sentir.
No estaré lejos y siempre, siempre te escucharé.
Pese a que no haya nada más, pese a que sólo haya oscuridad, sé que podré ver. Siempre he podido hacerlo, aunque fuera sólo un poco, siempre que has estado respirando cerca. En cada instante estaré ahí, al lado, lo suficientemente lejos para que seas feliz y lo suficientemente cerca para serlo yo.

miércoles, 13 de enero de 2010

I hate your pity!


Solía vivir en sueños pero algún día bajé de las nubes.
Tropecé, sí, eso es. Pero fue una y otra vez, y cada vez que mi cuerpo conseguía levantarse, cada vez que sentía que tenía fuerza, valor para seguir, algo me hacía volver a caer.
Vivo la vida como una lucha continua, como si fuera un guerrero luchando por su patria... y siempre me alcanza una lanza, un disparo, una flecha, y luego otro disparo. Y me desplomo en el suelo, esperando a que vengas y me prestes ayuda, pero no, no lo haces y tengo que mantenerme mordiendo el polvo, hasta que la ira enfurece mis músculos y consigo ponerme de pie.
¿Por qué no puedo quedarme en pie? ¡No quiero caer! Me disgusta ser tan débil, odio tener que depender de tu compasión.

sábado, 9 de enero de 2010

!

Atrapada en esta oscuridad, miro aquí y un poco más allá.
El deseo de respirar se hace cada vez más fuerte, pero no puedo, y me hundo.
Me abrasan las venas y el corazón se me rompe en cada latido.
Con los ojos rojos y la voluntad destruida, con la voz quebrada y la rabia penetrando en cada célula, con las sonrisas pasadas arremolinándose en el vacío, me mantengo en el mismo punto.
Sin poder hacer nada más que aguantar, o en este caso, no aguantar.