domingo, 31 de enero de 2010

Sólo respira.

Permite que la lluvia roce tus párpados, que la luz del sol penetre en tus pupilas.
Escucha el rugir de las hojas en otoño.
Deja que la gente te mire, deja que te aprecien.
Besa a otra chica, siente su calor.
Porque en cada una de las cosas que percibas cuando yo no esté aquí, podré materializarme.
Sólo tienes que dejar que lo haga.
Las hojas rugiendo serán mis lamentos, y la lluvia mis lágrimas, pero el sol, el sol será mis sonrisas: Todas y cada una de las sonrisas que me has sacado.
Abraza a un suspiro y me estarás abrazando. Seré yo quién suspira pese a que lo oigas en los labios de otra persona. Seré yo que suspiro por ti, por todo eso que ya no podré decirte, por todo eso que no podré volver a sentir.
No estaré lejos y siempre, siempre te escucharé.
Pese a que no haya nada más, pese a que sólo haya oscuridad, sé que podré ver. Siempre he podido hacerlo, aunque fuera sólo un poco, siempre que has estado respirando cerca. En cada instante estaré ahí, al lado, lo suficientemente lejos para que seas feliz y lo suficientemente cerca para serlo yo.

2 comentarios:

Ene Fluorescente dijo...

Este me ha encantado, es tan bonito y tan triste a la vez...

Un beso

Vicente Ramírez Rodríguez dijo...

Muy buena entrada, sigue así...