lunes, 27 de julio de 2009

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Cuando el odio consume a alguien, cuando se cruza la línea que separa cordura y obsesión, cuando se pasa siempre del día a la noche... No se puede volver atrás. No hay forma de curar. Esa persona seguirá consumiéndose, pudriéndose por dentro, hasta quizás no soportar más y cometer alguna locura. Y las lágrimas seguirán cayendo, hasta el final de sus días.