martes, 17 de diciembre de 2013

"And in immense perdition sinks the soul"


Todo se llenó de árboles y se tiñó de rojo. Casi no podía avanzar, no veía lo suficiente y solo oía mis pies resonando en la tierra, muy, muy abajo. Y aunque no había cielo y era probable que alguna sombra me estuviese acechando yo solo podía pensar en cuánto camino faltaría para que las cosas -el mundo, los días, el aire- dejaran de sangrar. Sus silencios volvían, y me envolvían con un manto terrible de asfixia que hacía que las cosas parecían todavía más inútiles. ¿Dónde se fueron las risas? Yo nunca supe quedarme demasiado rato riendo como si perdiera el sentido, porque mi sentido se perdió en los lunares que llenaban de ciudades tu espalda. Como tantas otras veces, la luna también callaba; me miraba desde arriba y se reía porque ella podía verte y mis ojos ya estaban cegados de tus noches. ¿Alguna vez exististe? Con el paso de los amanaceres he perdido la cuenta de los besos que nos dimos, tanto que ya no sé si fueron besos, si ocurrieron, si tú ocurriste o solo te divisé entre mis sueños y mis pesadillas. Y allí, en aquel suelo húmedo, volví a recitar aquel poema que escribí y aprendí desde la sangre y no de memoria:



Yo, que me entretenía jugando con las nubes,

Porque sabían a tu piel.

Yo, que me quedé parada en un semáforo en verde,

pensando que eran sus ojos.

Yo, que partí por la mitad mi dignidad para que tú me dieras,

 tan solo, un beso más.

Yo, que convertí el agua en vodka en cada noche

 de tormenta que tuve que pasar sola.

Yo, que completé en mis sueños nuestra historia

y desperté acostada con la mentira.

Yo, que vi como me clavabas el cuchillo por la espalda

y en lugar de quejarme te follaba.

Yo, que te lloré en cientos de lugares donde nunca he estado

 y se me hizo de día buscándote en ellos.

Yo, que llené todos los armarios con tu imagen desnudo,  le eché el pestillo

 y un día el viento los abrió todos de golpe.

Yo, que aún a mil años luz de ti sigo oliéndote en cada flor de azahar.

Yo, que dejé en ridículo a la lluvia de tanto enloquecer por ti.

Yo, Tú. Tú. Yo.

Tú, que empapaste mi vida de daños sin prejuicios

 y saliste absuelto y con gloria.

Tú, que como si nada te quedas en donde debías estar.

Muy lejos.








Fotografía: Sadrainbow
Añado un video de la última entrada:

 

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