lunes, 2 de febrero de 2015

Saudade.



No sé cómo respirar.
Hacía tanto frío
Y sin embargo tú.
Un autobús te puso en mi vida
Y otro te arrancó de ella.
No puedo olvidar.
Me duele el pecho.
Se me corta el aliento
A cada paso que doy sin ti
Y siento que me voy alejando
Que te me vas yendo
Toco el viento
Como si se tratara de tus manos
Pero no.



Quiero soñarte feliz,
hablarte por dentro
entonces despierto y no hay nada.
Enséñame a tapar el vacío con parches.
Te prometo, lo he intentado
pero mi fuerza se fue con tu sonrisa.
Sigo contando tus lunares
también a distancia
los reproduzco en mi mente
y casi los toco.
Sufro los días pasar
buscándote en todos los lados
encontrándote sin buscarte
tropezándome con tus huellas,
nunca con tus pasos.
A veces sonrío
cuando recuerdo que tú 
me estás esperando justo al otro lado
de este maldito mar. 
Otras tantas tengo un nudo
en el centro de mi cuerpo
que multiplica los kilómetros por diez
y me deja destrozada en medio de suspiros
-no como los que tu causas.
Al caminar nos veo
riendo sin parar
hablando sin parar
amando sin parar.
Me veo ajena a los momentos
ya no están
"lo tienes que aceptar".
Pero dime cómo hago
para quitarme todo este peso.
Encontré la perfección
Era tu acento.
¿Y ahora?
Me han robado una vida
era nuestra.
Se ha puesto a nevar
y no es el tiempo.
Antes te pedía "quédate"
ahora solo quiero que vuelvas
porque sin ti
siento que vivo solo con migajas.
Tengo que matar a alguien,
se llama Ausencia.
Voy cayendo en espiral,
ayúdame a mirar
a sacarme todo el dolor de las venas
a secar las lágrimas al sol
a pensar en tus ojos como un camino.
Yo ya no quiero luchar
quiero vencer
contigo.

1 comentario:

Luna Méndez dijo...

Pf.

Qué...

agh.

me encanta, pero a la vez no. Porque es triste. Y una mierda. La situación.

Las palabras son inmejorables.