lunes, 9 de julio de 2012

Puzzling me.

Con la punta de los dedos recorres el borde de mi cuello mirándome a los ojos. Transmites sin hablar mucho más de lo que algunos han querido convencerme con falsas palabras. Los deslizas lentamente hacia la yugular. Mi sangre hierve bajo tus manos y cuando llegas al final de esta vena mi corazón, a cinco pulgadas sureste busca ávidamente escapárseme del pecho. Me dibujas por entero ahogando en cada movimiento cualquier idea que pudiera cruzarse por mi cabeza. La electricidad se define como aquella propiedad de la materia que se manifiesta por la atracción o repulsión entre sus partes, originada por la presencia de electrones (con carga negativa) y protones (con carga positiva). Nunca me gustó la física, pero todas las membranas de mi cuerpo se excitan al contacto con tu piel. Atraes cada parte de mí, desde los labios hasta los pies. Todo mi ser busca unirse en uno con el tuyo, sin espacios. No comprendo por qué motivo exacto puedo olvidarme del mundo entero si me rozas sólo un instante, como si todo lo demás perdiera su identidad. Podría quemarlo todo si mis pensamientos encontrasen, entre el laberinto de mi mente, frases coherentes que decir. Pero ni siquiera puedo expresarlo porque desborda todos mis sentidos y eso, además de ser maravilloso, es desgarrador.

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