Tengo tanta vida como ganas de besarte. Y hay aquí tanta luz
que me molesta, quiero la noche para verte entre las sombras. Tu olor pegado a
mi cuerpo no se desprende y me pide que vuelvas. Todo lo que hago o pienso se
rebela contra mí porque no estás. Si tuviera un solo instante me descolgaría
ventana abajo y correría a tu encuentro. Pero he de estar en esta prisión de
alta seguridad todavía unos días más, y cada día que pasa me reconcome el
pensamiento más y más qué estarás haciendo.
No sabes cómo me gustaría llegar y descubrirte entre mis sábanas, o en
la bañera lleno de espuma mirándome con tus ojos de gato herido. Uno de tus
besos en mis lágrimas y todo el mal se iría tan deprisa como vino. Uno de tus
besos en mis labios y sentiría al temor disiparse. Una de tus risas en mi oído, traspasándome el
corazón y pinchándome las costillas.
Sólo eso necesito.
Sólo eso necesito.
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