
Había algo en sus miradas...
Sus ojos decían que me conocían, y susurraron mi nombre, pero al ver que yo no sabía quiénes eran una lágrima descendió por la cara de una, mientras que la otra bajó la mirada. La tensión podía cortarse con un cuchillo. Al principio creí que querían robarme, así que grité y grité... hasta que una de ellas dijo "mamá" . Es una palabra extraña esa, me recuerda a algo, a un lazo familiar, me recuerda a "madre", me acuerdo de mi madre. Era bella, trabajadora, sencilla. Me hubiese gustado ser madre. Quizá lo he sido. Estoy confusa. Sólo puedo recordar la guerra, el hambre... y una sonrisa, aunque no sé a quién pertenece.
-Amor, te he traído esto.
-¡Rosas! Mi madre cultivaba rosas... y mi hermano las arrancaba de raíz.
-Jajaja, ójala hubiese conocido a tu hermano.
-Ellos lo mataron...
¿De quién es esa boca? Creo haberla besado alguna vez, una parte de mí me dice que un millón de veces... pero ahora no lo recuerdo. No recuerdo si, quizás, fue el amor de mi vida. Ahora todo está negro, oscuro... no reconozco nada entre la profundidad de mis recuerdos...
Siento que se han hundido en un mar que tengo aquí adentro, en un agujero.
Y no puedo rescatarlos. ¿Y esas chicas? ¿Quiénes eran? Parecían tener algo que decirme, me ayudaron a vestirme, me dieron de comer... ¿pero por qué? Sentí que estaban tristes. Sentí que eran algo importante, como un pequeño detalle, un matiz que te se olvida de repente... una opción de la que no te acuerdas al hacer una elección y que, sin embargo, te hubiese cambiado la vida. Qué extraño es todo, qué extraña es esta casa... no la recuerdo. No recuerdo haber pintado las paredes de este verde tan feo, ni esos muebles tan antiguos, tampoco sé de quién son esas caras que sonríen en las fotografías. Parecen felices, aunque también lejanos. Hay discos sobre el aparador, ¿los habré bailado alguna vez? ¿con alguien? ... ¿habré hecho el amor sobre estos sofás? ¿habrá algo en esta casa que sea mío, algo por lo que haya trabajado?
Ahora aquí, el espejo me devuelve una imagen que no reconozco, ¿soy yo? No puedo tener tantas arrugas, ¿y esa cicatriz? ¿y qué le pasa a mi dedo meñique? No puedo moverlo. Es desesperante.
Oh, ¡se vuelve a abrir la puerta! Es mi nieta, viene sola. Tiene el alma desgarrada, se lo noto. Se parece a... ¿a mí? el pelo largo, los ojos claros, la tristeza en su mirada. Me abraza, qué dulce es. Me gustaría decirle que la quiero, me está llenando de besos, ¿pero cómo se dice "te quiero"? Ya ni si quiera recuerdo eso...
Juliet, hace años que te fuiste -aquel 20 de Diciembre-, hace años que esa enfermedad destruyó tu vida... ¿qué es de una vida si no puedes recordarla? Nada. Sin embargo, aunque a ti te se olvidara yo todavía recuerdo todo lo que me contaste, todos los juegos, todas tus sonrisas, todos y cada uno de los diciembres en los que todavía estabas, tus defectos, tus virtudes y esa luz en tu mirada que se fue apagando poco a poco.
No eres fácil de olvidar, Juliet, te prometo que yo nunca lo haré, iaia.
2 comentarios:
Ver a alguien que queires con esa enferdad te mata por dentro.
Es muy triste, pero ¿sabes qué? Que aunque tuviera esa enfermedad ella siempre vivirá en tu recuerdo como la que era y aunque no supiera decirlo no cabe duda de que te quería más que a nada.
Si quieres pasarte por mi blog te cuento que tengo unos premios por si quieres unirte, te espero :)
Un beesin ^^
Publicar un comentario