Supe desde un principio que eras diferente, que no seguías el orden natural de las cosas. No sé si fue ese halo de misterio que te envolvía o tu sonrisa cautivadora. O quizá, quién sabe, quizá fue el destino.
Aún recuerdo aquella noche con la misma intensidad que hace dos cientos años, y todavía hoy puedo sentirte respirar en mi cuello. Besabas tan bien... tan bien que llegué a pensar que eras un ángel, o un demonio. Era excelente, maravilloso, único, irrepetible.. y un montón de adjetivos más que no se han inventado a estas alturas. Me deshacía con cada caricia, con cada roce simple e incoherente de tu cuerpo contra el mío. Con lo más mínimo. Con el más leve de los susurros. Aquella precisa noche, aquella que tantas otras he recordado, aquella... descubrí quién eras. Un brillo feroz apareció en tus ojos cuando me desnudaste. Vi que me olías, poco a poco. De los pies al pelo. Lo vi y supe que si me dejaba, me poseerías de una forma muy diferente a la habitual. Y no pude más que decir:
-Muérdeme las venas.
No entiendo aún hoy por qué motivo lo dije tan levemente, quizá para que no me oyeses bien y pudiese seguir viva... pero lo oíste. Claro que lo oíste.
De repente, sin aviso, sin anuncio, una oleada de sensaciones se mezclaron en mi cuerpo. Primero, sentí tus colmillos clavándose en mi yugular, un dolor agudo al principio, pero dulce al final. La sangre salía a borbotones y sabía que disfrutabas así. Sabía que estabas amándome. Y me gustó. Dulce condena, dulce dolor. Te oía succionar levemente, así como oía a mi corazón latiendo en una carrera desenfrenada ,luchando por no pararse. Y sin más, llegó el frío. Terminaste. Sentí una asfixia intermitente y un escueto picor en el cuello pero luego, todo fue frío. Tanto como el hielo. Miré a mi lado y ya no estabas. Desapareciste. Y el frío ha continuado.
4 comentarios:
Volverá?
Es increible como por ver feliz a la persona que queremos hacemos cualquier cosa, aunque fueramos incapaces de hacerlo por nosotros. Solo espero que no te deje sola con ese frío.
Un beso.
Suele suceder que cuando entregas todo a la persona que quieres, luego de que ésta consigue lo que quiere pierde el interes y se va.. ojalá se haya olvidado algo y regrese para abrigarte del frío.
Besitoos! Me encanta!
Yo siempre he pensado que amar es sufrir y hacer sacrificios. Qué lástima que aquel sacrificio tan grande no sirviese para retenerle cerca y que el dolor, por el contrario, se negase a irse, ¿no?
Precioso. Parece una pequeña pieza de un mosaico mucho más grande, ¿una novela quizás?
Un beso (:
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