sábado, 24 de julio de 2010

02.08.1992

No había visto nunca una casa como aquella. Ya por fuera daba escalofríos. Era oscura, oscura como el aura de negror que los árboles quemados y caídos esparcidos daban a su alrededor. Entré despacio, esperando oír un chirrido de la puerta como en las películas, pero no, no emitió sonido alguno. Por mi mente pasó algo así como "debe ser una casa fantasma". No había nada de luz, sólo un poco de claridad que entraba por las enormes ventanas situadas en las dos paredes laterales. Era todo tan fúnebre que creí que estaba totalmente dentro de una pesadilla. Olía a podrido y los tablones de madera del suelo se movían a cada pequeño y temeroso paso que daba. Decidí subir las escaleras, unas escaleras enormes que ocupaban casi toda la estancia y estaban colocadas en el centro. No sabía muy bien qué hacía allí dentro, ni qué esperaba encontrar, pero había algo... algo allí que me atraía. Me sentí como una oscura princesa vagando por entre el mundo de los muertos al subir las escaleras. Mis zapatos negros no hacían más que concordar con aquella casa tan negra. Pasé los dedos por la barandilla y descubrí que no había nada de polvo. Lo cierto es que aquello me dejó helada. A simple vista todo parecía sucio, pero no lo estaba. Intenté tocar una telaraña situada un poco más arriba de donde había pasado el dedo, pero cuando el dedo se acercó a ella despareció. Preferí hacer caso omiso a todo aquello y seguir subiendo hacia arriba. Él me llamaba. Estaba cerca. La sangre me fluía rápida por las venas, tan rápida como podía fluir sin que me diese un ataque al corazón. Por fin, había subido todos los peldaños. Esperé encontrarme con una sola habitación con muebles cubiertos con finas sábanas de seda blanca pero lo que encontré fue bastante diferente. Aquello era un pasillo, lleno de puertas de madera vieja. Tenía que abrir alguna. Conté cinco desde la del centro y hacia la izquierda y me encaminé a ella. Al abrirla, un resplandor de luz tan fuerte como el propio sol me cegó. En cuanto mi vista me lo permitió, miré hacia arriba esperando ver un agujero en el techo o algo así, pero sólo vi un techo viejo, sin ningún agujero, pero con pequeñas grietas. La luz procedía de otro lugar. Procedía del centro de la estancia. Y allí había un niño. Estaba en el suelo, desprotegido y sin nadie que lo cuidase. Estaba solo, solo en aquella casa mugrienta y pestilente. Pero él parecía tan limpio y tan bello como un ángel; la luz propia emanaba de él. Fui corriendo a cogerle, pero entonces, desperté.
Cada 2 de Agosto se me repetía el mismo sueño, cada 2 de Agosto hasta que encontré al niño, que ya no era tan niño. Seguía pareciendo un ángel, aunque sin alas. Sus ojos verdes eran inhumanos, imposibles, y la luz de su cara, su palidez, su belleza era casi irreal. Casi tanto que me daba miedo tocarlo por temor de que se rompiese.

sábado, 17 de julio de 2010

En el corazón de Kenya. (un pequeño adelanto)


Jambo!
Anoche se puso a llover, estaba bastante confuso por todo lo que había ocurrido y quise despejarme de alguna forma. Necesitaba ver las gotas de agua chocar contra el río, oír el sonido. Corrí entre las acacias y las hierbas altas, como un león... y de repente, creí estar soñando. Una figura pálida totalmente desnuda dejaba que la espuma del pelo le cayese cabello abajo. Era tan largo que llegaba hasta su cintura redondeada. Perfecta. Se movia sensualmente bajo la lluvia y yo no pude apartar los ojos de ella. Quise con urgencia tocarla, acariciarla, observarla de cerca. Sentí que quería tomarla. Era Ayla. Cuando se giró, tuve que esconderme más. Pensé que debía marcharme, que lo que estaba haciendo no estaba bien, que era una traición.. pero sus ojos, me hipnotizaron. Bajo aquella luna parecían todavía más verdes, más espectrales y más llenos de vida a la vez. Un halo de misterio envolvía su cara y su cuerpo al desnudo por delante era todavía más bello. No pude, por más que quise, moverme del lugar en el que estaba. Volvieron a mí las dudas que me habían surgido ya antes... ¿Qué era lo que estaba sintiendo? ¿Sabría ella explicarlo? Pero, de todas formas, presentí que las respuestas no iban a ser buenas.
Imagen de: https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj25JOXdvBEo3El4b0JaLEbgYvOCRqbduyC2ZmV0QCLUpVKWVwdLpkJhr_ZjNXn_oPMX6XxTJ6p9DRHsWFIXj-V5nEbYjL3BzzRFekqaHFlI4SP8ozeEDJ0acv_9UeK6a-J226cvS36NBE/s320/masai+sunset.jpg

domingo, 13 de junio de 2010

Simple.

Y me gusta pensar que mis manos van a seguir atadas a las tuyas hasta que las cuatro esten tan arrugadas que nos duela mantenerlas cogidas.

sábado, 12 de junio de 2010

Claire.

Claire caminaba por el asfalto con sus converse desgastadas. Desgastadas y grises. Miraba al cielo cada dos segundos, esperando ver una gota fría caer sobre su cara. Tan fría como el hielo. Sí, eso quería. Necesitaba que el entorno se adaptase al ritmo de su corazón hecho trizas. Por aquel entonces, en la Villa todavía nevaba, y Claire guardaba una pequeña esperanza. Quería que nevase como nunca, y quedarse atrapada en su casa. Sin duda, su tendencia suicida había salido a flote tras su nuevo desengaño. Todavía con 17 años, ya sabía qué quería. Ya se había marcado unas metas. Sin embargo, cada vez que intentaba algo, fracasaba. Su vida parecía complicarse por minutos, y nunca sabía salir de las malas situaciones. Le gustaba castigarse por sus errores, aunque no se provocaba dolor, no más del que llevaba por dentro. Se obligaba a no dormir por las noches si se equivocaba en algo, a ayunar por las mañanas y a correr durante 3 horas alrededor de su casa. Sus padres gritaban que estaba loca. Rompía papeles, collares e incluso ropa cuando sentía que no podía más. En una ocasión llegó a quemar su osito de peluche. Pensó en todo lo que había ocurrido durante los últimos años: la muerte de Alissa, sus malas notas, su poco éxito con los amigos, la muerte de su abuelo, su desastrosa imagen que parecía cada día más castigada...
-Disculpa, ¿te he hecho daño? -preguntó una voz que parecía estar muy, muy lejos.
Claire levantó la cara y aclaró su visión medio empañada y descentrada. Vió a un chico. Bueno, vió al chico.
-¿Hola? -repitió esa voz.
-Eh... yo, eh... ¿qué ha pasado?
-Te he arrollado con la bici. Estás en el suelo. ¿Te encuentras bien?
Claire quería gritarle que no, que por supuesto que no estaba bien. ¿Cómo iba a estarlo? Si toda su vida era un desastre.
-Venga, te ayudo a levantarte.
-Gracias -balbuceó ella cuando ya estaba en pie, aunque se sentía exactamente igual que en el suelo.
-Oye, perdona pero, ¿te pasa algo?
Claire calló. Optó por ello. Al fin y al cabo, era un desconocido. No es que si hubiese sido conocido hubiese ayudado, claro está. Ella nunca contaba nada a nadie. Nunca confiaba en nadie.
-Nunca he visto unos ojos tan tristes... No podré olvidarte si sigues mirando así.
Claire sonrió. Hacía tanto tiempo... tanto tiempo que no lo hacía, que casi le pareció que su sonrisa estaba llena de telarañas y polvo y que, seguramente, el chico se habría dado cuenta y saldría corriendo de allí. Pero lo que el chico vio fue diferente.
-¡Vaya! Si sigues sonriendo así, me enamoraré de ti para toda la vida.
En aquel momento, un viejo sentimiento de seguridad se apoderó de la chica. Nunca supo de donde había salido, pero no iba a arrepentirse. Lo había encontrado muy dentro, enterrado y aquel, justo aquel era el momento de sacarlo. Confió. Eso es. Por una vez, confió en alguien. Y ese alguien era ella misma. Se acercó a él en una milésima de segundo y le plantó el beso más dulce que jamás hubiese soñado.
-Me llamo Kai, ¿quieres casarte conmigo? -dijo el chico cuando ella se apartó.

sábado, 29 de mayo de 2010

QVOD NON ME VINCIT, FORTIOREM ME FACIT.

De vegades ens trobem front alguna dificultat que ens mosega el cor, que sen's el menja i el destrueix per dins. I precisament ho fa perquè ens ha pillat desprevinguts, perquè mai esperariem una traició d'eixe tipus d'una persona en la que confiàvem. Però, com va dir Abraham Stoker, del fracàs s'aprén, no del èxit. La vida es aprendre, pas a pas. La vida és caure i alçar-se constantment. La vida és trobar una raó que ens faça no oblidar que la tenim. I per això, i ara sí, c'est finí. S'ha acabat ser la més débil, la que tot el mon puga atacar perquè sap que no fa res més que plorar i plorar i tornar a plorar. És l'hora de pensar en MÍ, de somriure, de ser llum, de no deixar que ningú m'arrebate el que tinc i el que sóc. Perquè hi sóc. Perquè no ho haveu conseguit. Perquè encara en queden, de guerres, i jo seré ací, just ací, per combatir-les totes. I sobretot, per guanyar.

................................................................................................

A veces nos encontramos frente a alguna dificultad que nos muerde el corazón, se se lo come y lo destruye por dentro. Y precisamente lo hace porque nos ha pillado desprevenidos, porque nunca esperaríamos una traición de ese tipo de una persona en la que confiábamos. Pero, como dijo Abraham Stoker, del fracaso se aprende, no del éxito. La vida es aprender, paso a paso. La vida es caer i levantase constantemente. La vida es encontrar una razón que nos haga no olvidar que la tenemos. Y por eso, y ahora sí, c'est finí. Se acabó ser la más débil, la que todo el mundo puede atacar porque sabe que no hace nada más que llorar, llorar y volver a llorar. Es hora de pensar en MÍ, de sonreír, de ser luz, de no dejar que nadie me arrebate lo que tengo y lo que soy. Porque soy. Porque no lo habéis conseguido. Porque aún quedan guerras y yo estaré aquí, justo aquí, para combatirlas todas. Y sobre todo, para ganar.

miércoles, 5 de mayo de 2010

Bite me the veins.

Supe desde un principio que eras diferente, que no seguías el orden natural de las cosas. No sé si fue ese halo de misterio que te envolvía o tu sonrisa cautivadora. O quizá, quién sabe, quizá fue el destino.
Aún recuerdo aquella noche con la misma intensidad que hace dos cientos años, y todavía hoy puedo sentirte respirar en mi cuello. Besabas tan bien... tan bien que llegué a pensar que eras un ángel, o un demonio. Era excelente, maravilloso, único, irrepetible.. y un montón de adjetivos más que no se han inventado a estas alturas. Me deshacía con cada caricia, con cada roce simple e incoherente de tu cuerpo contra el mío. Con lo más mínimo. Con el más leve de los susurros. Aquella precisa noche, aquella que tantas otras he recordado, aquella... descubrí quién eras. Un brillo feroz apareció en tus ojos cuando me desnudaste. Vi que me olías, poco a poco. De los pies al pelo. Lo vi y supe que si me dejaba, me poseerías de una forma muy diferente a la habitual. Y no pude más que decir:
-Muérdeme las venas.
No entiendo aún hoy por qué motivo lo dije tan levemente, quizá para que no me oyeses bien y pudiese seguir viva... pero lo oíste. Claro que lo oíste.
De repente, sin aviso, sin anuncio, una oleada de sensaciones se mezclaron en mi cuerpo. Primero, sentí tus colmillos clavándose en mi yugular, un dolor agudo al principio, pero dulce al final. La sangre salía a borbotones y sabía que disfrutabas así. Sabía que estabas amándome. Y me gustó. Dulce condena, dulce dolor. Te oía succionar levemente, así como oía a mi corazón latiendo en una carrera desenfrenada ,luchando por no pararse. Y sin más, llegó el frío. Terminaste. Sentí una asfixia intermitente y un escueto picor en el cuello pero luego, todo fue frío. Tanto como el hielo. Miré a mi lado y ya no estabas. Desapareciste. Y el frío ha continuado.

lunes, 26 de abril de 2010

+Obsession.

A veces me siento como un animal. Las ansias por poseerte me derrumban, las ganas de verte me caen encima como un vaso de agua fría a las 7 de la mañana, la falta de tus besos me invade y me golpea como si de un combate cuerpo a cuerpo se tratara. Amo el exceso de tu amor, de tus sonrisas, y desearía mirar tus ojos a cada minuto. Necesito sentirte mío, mío y sólo mío hasta el punto del puro egoísmo. Pero es un egoísmo cegado por la pasión, el amor, la ternura. ¿O a caso no es ternura? Celos, sí. También tengo celos. Pero no soy celosa. Sólo existen en mí porque te noto como una alargación de mi propio cuerpo. Con personalidad, con carisma, inteligencia y actos propios. Pero de MI cuerpo. Y otra vez vuelvo al mi. Y me obsesiona en sobre manera, no puedo evitarlo. Está mal, peor, fatal. Porque eres libre, y la libertad es la mejor de las virtudes y siento que te la exprimo, que la aplasto con el peso de mi miocardio latiendo a contra tiempo. Más, ¿qué hago? Estoy presa en la cárcel de tus ojos y lo peor es que ni si quiera quiero salir. Pero tampoco debo pretender amarrarte a mi cama o a mi misma... ¿o quizá sí? Justo en estos momentos me salgo de la línea recta de mi vida, me vuelco, giro, retrocedo... a cuando aún no tenía claras mis ideas. Y es que has tocado con tu varita mágica mi mundo y no puedo, ni sé, ni deseo deshacerme de tu encanto.

viernes, 9 de abril de 2010

La mirada más triste que mis ojos han visto...


Ni los versos más tristes podrían describir mi tristeza. Ni las lágrimas más ácidas podrían igualarse a mis penas. Ni la más cruel de las cárceles podría hacer justicia y torturarme por borrar tu sonrisa como merezco. Ni un millón de perdones podría servirnos. Porque he derramado tu sangre y juré que nunca heriría tu corazón, porque en cada tic tac del reloj siento un nuevo moratón, porque mi conciencia no está intranquila si no avergonzada, porque todo aquello que he hecho durante tanto tiempo por construir nuestro amor lo he tumbado de una patada, porque ahora mismo merezco la más dura de las muertes y ni si quiera la congoja que siento me permite llevarla a cabo. Si tan sólo pudiera devolverte la mirada alegre, borrarte la sangre hiriente que te ha oxidado las venas, abrazarte y hacerte pensar que de verdad nunca podría fallarte, besarte y que no sintieras repugnancia... Si tan sólo pudiese regalarte un atisbo de confianza, de felicidad. Si con una mirada bastara para que tus dedos quisiesen realmente volver a tocarme. Si pudiese encender de nuevo tu corazón, como si de pulsar un simple botón se tratara. Si únicamente el tiempo me diese un respiro y pudiese retroceder...


lunes, 15 de marzo de 2010

Entras. Te vendo los ojos. Enciendo unas velas. Te beso en los labios, te desnudo. Bajo por tu cuello, tu pecho, tu ombligo. Y toco esas manos... dulces, fuertes, seguras. Me tiembla la fijación, la dureza. Te quito la venda. Me desnudas. Subes, bajas. Besas mi oido, tu lengua recorre mi cuello y desciende. Vuelvo a temblar. Me haces cosquillas. Fluye. Subo yo. Encima de ti. Te quito la ropa interior. Te recorro con los dedos, te saboreo, poco a poco, trocito a trocito. Me extasias con tus besos. Y empieza. Mi miocardio se desborda, como si se tirara por un puente, como si quisiese salir, volar, ser libre. Encontrar el tuyo. Entras. Te unes. Nos unimos. De dos, sólo uno. Y suspiras, y suspiro. Y te veo. Y te amo. Y sólo así puedo olvidar mis miedos. Pero como todo, acaba, con un placer infinito, más allá del vulgar acto sexual.. mucho más allá. Es la unión de dos almas, amantes, prisioneras la una de la otra, como el sol y la luna entremezclándose. Dos polos opuestos atrayéndose. Y para siempre te tendré y para siempre me tendrás.

domingo, 31 de enero de 2010

Sólo respira.

Permite que la lluvia roce tus párpados, que la luz del sol penetre en tus pupilas.
Escucha el rugir de las hojas en otoño.
Deja que la gente te mire, deja que te aprecien.
Besa a otra chica, siente su calor.
Porque en cada una de las cosas que percibas cuando yo no esté aquí, podré materializarme.
Sólo tienes que dejar que lo haga.
Las hojas rugiendo serán mis lamentos, y la lluvia mis lágrimas, pero el sol, el sol será mis sonrisas: Todas y cada una de las sonrisas que me has sacado.
Abraza a un suspiro y me estarás abrazando. Seré yo quién suspira pese a que lo oigas en los labios de otra persona. Seré yo que suspiro por ti, por todo eso que ya no podré decirte, por todo eso que no podré volver a sentir.
No estaré lejos y siempre, siempre te escucharé.
Pese a que no haya nada más, pese a que sólo haya oscuridad, sé que podré ver. Siempre he podido hacerlo, aunque fuera sólo un poco, siempre que has estado respirando cerca. En cada instante estaré ahí, al lado, lo suficientemente lejos para que seas feliz y lo suficientemente cerca para serlo yo.